Tesis 2022
Certezas e incertidumbres
¿Qué aprendizajes, vivencias o experiencias nos ha dejado la pandemia?
Los proyectos de grado que se congregan en estas dos grandes curadurías del proyecto TESIS 2022 trazan diferentes aproximaciones a este momento de nuestra historia reciente.
El cuerpo ha sido el protagonista durante la pandemia porque nos ha invitado a reflexionar sobre nuestra propia situación, sobre nuestras propias debilidades y falencias; nuestro cuerpo es un organismo supremamente complejo y a la vez muy frágil.
Las vías respiratorias, nariz, boca, garganta puntos por los cuales tomamos el oxígeno son a su vez los puntos de mayor vulnerabilidad y esto lo aprovechan los virus respiratorios, especialmente lo de tipo corona como SARS, MERS y Covid.
Otra característica de nuestra fragilidad es la necesidad de contacto con otros seres vivos, como mamíferos, somos seres sociales y por tanto el contacto con otros seres es fundamental para nuestra salud emocional; el aislamiento es un factor que afecta nuestro comportamiento y trae graves consecuencias en la población especialmente los niños, los adultos mayores y se incrementa en los que ya padecen una enfermedad, están sub alimentados o han sido marginados por la sociedad, a ellos el confinamiento les llegó con mayor fuerza y les causó daños con consecuencias mucho más fuertes.
De otro lado la pandemia nos llevó a analizar cada una de las diferentes partes de nuestro cuerpo, a detectar los diferentes síntomas que podíamos tener y que nos brindaban información sobre si estábamos infectados o no; esto lógicamente tiene también un componente muy importante ya que el cuerpo se vuelve en una radiografía de lo que está pasando en la sociedad, un mapa que podemos explorar acerca de las diferentes relaciones e interacciones que llevamos a cabo con otros seres humanos y con el medio ambiente; esto queda consignado en las tesis que aquí se presentan.
Los momentos de soledad, los momentos de aislamiento, nos hacen tomarnos como referentes a nosotros mismos, a nuestro cuerpo, a nuestros estados de ánimo ya sea la tristeza, la soledad, la depresión, la alegría, la ansiedad.
Todo se refleja en nuestra piel, en esa geografía íntima y extensa, en nuestro rostro y en nuestros ojos, en cada uno de los signos que da el cuerpo.
Aquellos que tuvieron que padecer los rigores del coronavirus, que se vieron internados en una clínica o que se vieron aislados de toda su familia y aún en muchísimos casos, también fallecieron en aciagas circunstancias, son una clara muestra de que el cuerpo es el protagonista cuando hay una situación tan extrema como lo que acabamos de vivir a nivel global.
Tampoco podemos negar los hechos de violencia que se dieron precisamente por el confinamiento y específicamente violencia de género, porque los roles tanto del hombre como de la mujer se acrecientan y se profundizan en estas situaciones extremas de estrés por tanto la fragilidad se vuelve mucho más evidente con sobrecargas en el día a día y específicamente en el caso de la mujer qué culturalmente ha tenido que afrontar muchísimos más roles en el ámbito familiar.
Ni que decir del caso de las profesionales de la salud como las enfermeras que se vieron marginadas y agredidas por estar en contacto con los enfermos, los médicos, las médicas y todas aquellas personas que debían auxiliar a los enfermos, ellas sufrieron el irracional desprecio de algunos ciudadanos en los conjuntos de apartamentos, en las vías y en el transporte público.
Los migrantes y las minorías también se vieron sumamente afectados por este confinamiento, especialmente por ser los más débiles, por no tener un refugio fijo o una forma de conseguir sustento; si antes ya estaban marginados de la sociedad, en una situación tan extrema como esta su aislamiento llegó a los niveles de miseria.
Otro de los temas transversales a esta versión de tesis corresponde al territorio, el confinamiento nos llevó a entender que el planeta necesitaba un descanso, un respiro y vimos cómo reacciona la naturaleza con las playas despejadas, el aire más limpio, el retorno de los animales recuperando los territorios que los humanos les habíamos arrebatado tanto en las urbes como en la periferia, volvieron a cantar muchas aves migratorias, salieron animales que se habían mantenido escondidos por temor a los seres humanos.
Entendimos que éstos espacios, éstos territorios son comunes y que no tenemos exclusividad sobre ellos; nos volvimos más sensibles a los sonidos, a los movimientos, a cosas tan sencillas como un amanecer, como un atardecer, como la lluvia y tomamos mucho más conciencia del valor de las plantas, de los alimentos; la valiosa labor de los campesinos, su sacrificio para alimentarnos, de aquellos que tenían el privilegio de estar en zonas alejadas donde la presencia o la propagación del virus era casi nula.
Estos dos territorios, es decir el territorio íntimo, personal o más cercano y el territorio ampliado nos dieron una visión diferente de cómo podemos manejar los espacios; todo ser vivo necesita un espacio para poder ser, para poder crecer, para reproducirse, para relacionarse y estos perímetros tanto el personal, el urbano y el rural están profundamente interrelacionados. Todo el planeta es nuestra casa común, el equilibrio que mantengamos entre la producción industrial, la economía, la ecología, la educación, la política y el uso responsable de los recursos naturales es fundamental para la supervivencia, ya no podemos pensar que el beneficio económico pueda ser el objetivo primordial, tampoco que el acumular tierras o explotarlas hasta su agotamiento junto con las fuente hídricas es justificación para el enriquecimiento.
El equilibrio y la relaciones que se tejen entre espacio íntimo familiar y el espacio social más expandido son fundamentales para la vida de todas las especies, no solamente de la especie humana.
Por supuesto que la memoria es el baluarte fundamental y más aún cuando estamos en una situación de confinamiento que limita nuestros movimientos; lo primero que hacemos es recordar aquellos momentos agradables donde si lo podíamos hacer, o las circunstancias donde tendríamos esa mayor libertad, por eso la memoria se activa y los recuerdos hacen parte fundamental de este nuevo escenario que nos lleva precisamente a reflexionar y a poner en valor todo aquello que disfrutábamos libremente y que ahora extrañamos.
La memoria ocupa otro de los temas importantes de las tesis de grado que se presentan aquí en el Museo de Arte Contemporáneo.
La memoria no solamente está relacionada con aspectos del pasado, la memoria también es esa conciencia de la situación actual, de lo que estamos viviendo, de cómo lo vamos a recordar en el futuro; todos hemos sido afectados por este momento y será algo que le contaremos a nuestros hijos, a nuestros parientes; cada uno compartió de diferentes maneras a través de la redes sociales, de encuentros, de video llamadas cuál fue su experiencia, cómo estaba llevando a cabo el confinamiento y escuchamos miles de historias.
Creo que esas historias de vida son tan valiosas como cualquier otra de las experiencias que hemos tenido y nos permiten enlazar con otras historias en la misma situación, entender que no éramos los únicos sino que miles de personas en diferentes lugares del mundo estaban viviendo algo similar, esto nos animó también a continuar, a ver una luz al final del túnel, a tener esperanza, aún en la situaciones más difíciles cuando vimos la cantidad de personas que fallecieron o que se veían impedidas para llegar a un centro médico o aún estando en él no tenían cupo para ser atendidos, no había llegado la vacuna, y luego poco a poco se fue popularizando a nivel global su uso hasta que nos permitió tener un panorama diferente.
Uno de los ecos que tuvo más difusión como consecuencia de la pandemia fue saber que el arte salvó la vida a muchas personas en todos los sentidos; el acceso a la música, al video, a muchos museos en línea, les permitió afrontar esta situación tan difícil de una manera diferente, ya que el arte y la cultura siempre nos abren posibilidades, siempre nos brindan otras realidades o amplían nuestros universos y nos hacen ver mucho más allá de aquellos limitados conceptos y visiones que tenemos como seres humanos.
Cuando alguien sentenció que sobrevivimos y que el arte nos salvó, podemos concluir con certeza que no se limitaba a la pandemia, sino que continúa haciéndolo, por eso en esta versión número XIX del Proyecto TESIS reafirmamos que el arte nos salva la vida.
GUSTAVO A. ORTIZ SERRANO
Director MAC