El sentimiento más delicado, según Kant, se bifurca en dos especies; una es el sentimiento de lo bello y el otro es el sentimiento de lo sublime. Donde la afección para ambos es agradable, pero de manera muy diferente, así vemos que el día es bello y la astucia es pequeña y bella. Grandes lineamientos para comprender a este filosofo alemán, al expresar que el día es bello y la noche es sublime, esta sensacion tiene varios niveles, que van desde lo melancolico, al horror. Desde lo grande que es sublime a lo bello que es pequeño, pero nada es tan certero, ni tan definido. Asi se traspasan estas  especies provocando  sentimientos que nos llevan desde lo bello a lo sublime.

 

El entendimiento  es sublime, el ingenio es bello, la audacia es sublime y grandiosa, en esta construcción  arbitraria construida en el año 1765, al año siguiente en un compendio de notas, donde las cuestiones morales  y antropológicas hablan de un mundo eurocentrista, antes de aparecer  la extensión de lo sublime en el nuevo mundo, donde los caracteres asignados a lo europeo y sus diversas  nacionalidades dan paso las mesticismos, donde los aportes de los pueblos originarios unidos a lo europeos, más un nuevo ingrediente, que son las culturas africanas, producen seres con una historia llena de nuevas fuentes.  Las ideas de Kant se enriquecen y al citarlo, nos conduce a un desarrollo nuevo de interés.

 

Existen espacios inconclusos en el arte latinoamericano, producto de contingencias socio culturales y que son causantes de un desarrollo tardío en el quehacer local. Las peripecias de nuestro arte en lo formal se aprecian en salas donde se atiborran la recepción de proyectos que al final no dieron a la luz.  Lo social y politico, factores inherentes, se agrupan como testigos de los quehaceres de nuestros artistas.  En este plano esta exposición se compone en una revisión de nuestro arte, considerando lo interno, cuyos contenidos aluden a situaciones inherentes a las realidades contingentes  

 

Nuestros vastos territorios sufren periódicamente sismos que se adueñan del paisaje, convirtiéndolo en pesadillas para sus habitantes. Aparecen los desplazamientos de los terrenos, emergen las partículas de polvo, que cambian el color del cielo, se producen las grietas en la tierra,  se desvían los torrentes de agua, aparecen y desaparecen los ríos, lagos y glaciares, el mar se transforma en un enemigo castigador que destruye toda la creación del hombre. Es entonces que tomamos conciencia de la fuerza de la naturaleza y lo hermoso de ella, logramos captar su máximo potencial y nos enfrentamos al sublime castigador de lo imprevisible.  El suceso soporte de nuestra convivencia se expresa en una constante  desconfianza entre los habitantes entre si y la naturaleza.            

 

Construidas las ciudades y pueblos con este signo de supervivencia, nos hace  apreciar los estilos y movimientos arquitectónicos, que con su historia  explican este componer con lo impredecible. Estas cartas nos conducen a la génesis de esta exposición donde los artistas invitados construyen, arman y crean, jugando con este albur.

 

Es así como estos catorce convocados se nutren con estas realidades, conformando  llamados de  atencion de nuestras conductas ciudadanas.

 

La explosion de creatividad inmersa entre estos avatares conjugan momentos culminantes donde el juego  de improvisar se enaltece con la mirada astuta, no exenta de pasión, que es la génesis de esta muestra  Ahora nos sometemos a las miradas de estos  espectadores hermanos de nuestras historias del Pacífico.

 

La muestra se inaugura el 14 de abril a las 5:00 pm y estará abierta hasta el 21 de mayo de 2016.

 

Artistas: Ángela Wilson, Andrés Vio, Eugenia Vargas Pereira, Pedro Tyler, Catalina Prado, Francisco Peró, Teresa Ortúzar, Carolina Oltra, Lorenzo Moya, Catalina Mena, Alicia Larraín, Hernán Gana, Amelia Errázuriz y Rodrigo Bruna.

 

Ernesto Muñoz

Curador

Secretario AICA Internacional Capitulo Chileno