Existe en nosotros varias memorias. El cuerpo y el espíritu tienen cada uno la suya.

Honoré de Balzac

Las huellas que genera  el cuerpo y que se anclan a raíz de las muchas historias que la  vida va dejando en el camino  como vestigio del pasado, se tornan como historias que testifican un contexto, un espacio geográfico, un solo momento, una trago amargo, entre muchas más. El cuerpo se convierte en objeto de la historia, formando parte de un cambio material como cultural a lo largo de los siglos. Bien lo cita Jean-Jaques Courtine en su libro Historia del Cuerpo: "De la lentitud a la velocidad, del retrato pintado a la fotografía, de los cuidados individuales a la prevención colectiva, de la cocina a la gastronomía, de la sexualidad vista desde la moral a la sexualidad vista desde la psicología; el lugar que ocupa el cuerpo en el mundo occidental ha ido evolucionando con los tiempos". En este sentido, para la artista Venessa Nieto  podemos comprender el cuerpo como lugar de vestigios, como un signum que también se convierte en documento y tiene testimonio de todo el transcurrir de su existencia.

En este orden de ideas, la muestra cuenta con una serie de monotipos impresos en velos, acompañada de las prendas originales expuestas en un mueble. Estos objetos buscan invitar al público a entrar en un espacio íntimo, en dialogar con los objetos y buscar en ellos una relación, o lo más importante, una historia que puedan encontrar en común.  

Juan David Quintero Arbeláez

Curador